res cogitans
17 Diciembre 2009 por janjofra
Estaba pensando (aunque sepa que esa afirmación nunca será del todo cierta puesto que yo no pienso, soy un hombre y no te ofendas si también eres un hombre, niño, joven, anciano o sucedáneo humano masculino porque puede que yo sea una excepción y tú y todos los demás sí penséis, pero como aquí se habla de mí… y siento(?) extenderme pero a decir verdad estoy casi convencido de que aún siendo mujer no pensaría mucho más) que debería estudiar para el próximo examen del viernes, Sistemes d’Informació, que tiene que ver con las mil apasionantes e intrigantes maneras que ha ideado el hombre para la indexación de datos… Me ha distraído un tema que puede ser más interesante(?) estudiar. El caso es que reflexionaba sobre qué leches me habrá empujado a redactar todas estas sandeces con enfermiza regularidad por desagrado de algunos. Han pasado por mi cabeza varios motivos, absurdos todos ellos. Pasados unos meses desde el día fatal, la inauguración de esta página sin sentido ni interés, quiero relatar algunas de las conclusiones a las que he llegado para que si te has planteado escribir un post, blog, periódico o lo que te dé la gana escribir, no tengas que pasar por este momento y falto de inspiración puedas copiar mis conclusiones.
• Por desgracia no se liga más, la clásica leyenda de el tipo escribe, qué guay, no se ha dado en mi caso, puede que propiciado por la dudosa calidad de los textos o váyase a saber por qué.
• Tampoco he conocido a gente nueva ni me he codeado con los grandes de este país, aunque eso no me ha extrañado demasiado dados los delirios aquí explícitos…
• No he cambiado la vida de nadie o al menos este alguien no me lo ha hecho saber, cosa que en cierta medida agradezco enormemente, puesto que no podría cargar con semejante responsabilidad.
• Y tampoco percibo que me esté acercando a un estadio de satisfacción espiritual-religiosa que asemeje al nirvana, que Hermann Hesse (Siddhartha) describió mejor de lo que puedo hacerlo yo con lo que omitiremos palabras.
Por lo que respecta a este último punto, no mucho tiempo ha, sorprendióme mi profesor de contrabajo recitando a modo ilustrativo un capítulo de las Sagradas Escrituras, (de la Biblia, para los de ESO) y anonadado ante tal demostración de sabiduría, mas incrédulo y desconfiado, rogué recitara otro más. Y así sucedió. En ese instante esclarecí cual debía ser mi propósito para el año nuevo puesto que no he tenido nunca ninguno y me hacía ilusión innovar. Daré lectura a uno de los libros más vendidos de todos los tiempos e intentaré de este modo y una vez más (espero que con mayor éxito que las anteriores) cultivar algo en mi infructífera mente, tan solo llena de números sin sentido aparente y alguna pieza musical de no muy alta complejidad.
Una vez más, me voy, no estoy por lo que hay que estar… hablaba de por qué escribo aquí y no en un word y la verdad es que no lo sé. Bueno sí, y siento que la respuesta sea tan previsible a falta de tan pocas líneas para el esperado punto y final, y ruego te abstengas de comentarios tales cómo… ¿Tanta letra para esta mierda? ó ¡Qué original! (…):
Porque me da la gana.
jueves, 20 de mayo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario