sábado, 23 de enero de 2010

Perú 21 Perú

La obra completa de Hernando Cortés






Autor: Alonso Alegría

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Cuando se publican las obras completas de un escritor, uno piensa que esos volúmenes encierran toda su vida. No es así. Los tres tomos de la dramaturgia completa de Hernando Cortés, aparecidos esta semana, no contienen lo más importante de la vida de cualquier persona.



En octubre del 60, estrené mi primer montaje y lo primero que escribía de teatro, una adaptación de una novela de Steinbeck. Hernando era entonces, para nosotros, con sus 30 y pico años y estudios en Europa, un 'teatrerazo’ de respeto. Sin conocernos, entró a saludar luego del estreno con un comentario extremadamente positivo. Alabó mi adaptación, y ese elogio suyo, el día del inicio de mi carrera, nos dio a todos –a mí como dramaturgo– un inmenso primer impulso.



Hernando me dio un segundo impulso fuerte el 68. Para entonces ya éramos amigos, yo había visto montajes suyos y lo admiraba. Sus actuaciones en Discurso a la academia –adaptación suya de un cuento de Kafka– y en La última cinta de Krapp, de Beckett, me siguen pareciendo de nivel mundial y no las puedo olvidar. Sus piezas, entre otras, La ciudad de los reyes –colección de breves obras irónicas y satíricas–, me habían revelado lo que podía ser un teatro peruano. A fines del 68 me atreví a leerle otra pieza mía. Al terminar, me exigió enviarla al concurso Casa de las Américas porque “nadie escribe como tú, te lo ganas”. Exageradísimo, claro, pero por él mandé la pieza y, meses después, lo llamaba para contarle, alborozado, que había ganado el premio. Y Hernando, entre risas de un júbilo casi más grande que el mío, gritó una sola frase: “¿No te lo dije? ¿No te lo dije? ¿No te lo dije?”.



La vida, el teatro y la amistad nos han seguido reuniendo y separando, acicateando y desalentando para ir ganando y perdiendo amigos comunes y también enemigos comunes, cómo no, y haciendo y deshaciendo planes y metas, juntos y separados, durante 40 años más. Hace poco escuché a Hernando decir que “uno no puede dejar el teatro”, para luego corregirse diciendo “o quizás sea que el teatro no lo deja a uno”. Ahora ve publicado su Teatro Completo, y son tres tomos llenecitos de obras de calidad. Cómo quisiera que también fueran publicados un par de buenos volúmenes dando cuenta completa de sus otras buenas obras, las que Hernando les ha hecho a sus amigos. Esta paginita aquí presente quiere ir avanzando en esa grata y merecida tarea.


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